El para qué de la Psicología Perinatal
Para la mujer, durante el embarazo y el puerperio hay muchas transformaciones tanto en el cuerpo como en la vida, pese a esto, no hay lugar para hablarlo. En los encuentros con el equipo médico se prioriza el espacio para la información médica, en el encuentro con las amigas se habla de temas de vanguardia (o con suerte, una pincelada de la vida de todas), y frente a la familia, las conversaciones respecto a la madre y el bebé pueden abrir expectativas que ejercen presión sobre la madre en lugar de empatía, entonces se va a desencadenar otro tipo de sensaciones incómodas en la mujer embarazada.
Muchas mujeres me han mencionado dentro de la consulta que sienten la presión social de que los otros esperan que ella este feliz gestando a su bebé, incluso cuando por otro lado pueden estar viviendo situaciones que la sobrepasan: como un duelo, problemas de salud, problemas laborales, problemas de pareja o inclusive un rechazo hacia la maternidad.
En Chile cuando una mamá esta a punto de dar a luz hay un modismo que dicen: “me voy a mejorar”. O cuando ya dieron a luz, dicen: “me mejoré el martes”, por ejemplo. En México, existe otro modismo donde las madres frente a la misma situación suelen decir: “me voy a aliviar”.
La pregunta es: ¿Qué hace que por medio del lenguaje vamos transmitiendo ya una envoltura de sufrimiento y sacrificio para la maternidad y el pre parto?
El período perinatal es un momento de extrema vulnerabilidad para el cual nadie nos ha preparado, y ante el cual tenemos mucha incertidumbre de cómo va actuar nuestro cuerpo, nuestra familia, o el progenitor.
Cada embarazo es un proceso único, al que llegamos de diversas maneras: Muchas veces no es algo planificado, otras veces, por el contrario hay mucha ansiedad en el intento así como diversas formas de intentarlo: in vitro, por inseminación, o por vientre de alquiler (como en otros países). Existen mujeres que ocultan sus problemas para concebir y sufren en silencio. Otras mujeres otras ocultan su ánimo depresivo en el post parto por miedo a la incomprensión o al rechazo social. La verdad es que este periodo puede estar lleno de dudas, ansiedad, dolor, insatisfacción.
En base a mi experiencia clínica con entrevistas y en sesiones, la mujer despierta la pregunta sobre cómo va a reaccionar su entorno, en esta expectación hay veces en que la red de apoyo que se espera en la pareja o en la familia, no actúa como red de apoyo, sino más bien prestan ausencia, abandono, o también pueden comenzar a aparecer críticas y exigencias nocivas, una serie de reclamos a la madre atribuible a su género desde un rol tradicional que la terminan sofocando aún más. Generalmente son exigencias rígidas como que no salga, o que la critiquen cuando ella quiere espacios de disfrute, o cuando se siente arrepentida por algo.
Lo anterior son agravantes para gatillar depresión post parto en las mujeres. Son momentos que se viven con extrema vulnerabilidad, el período perinatal junto con todos los cambios hormonales y sociales que trae, te invita a ser responsable de la vida de tu bebé, y con ello, tu identidad completa se vuelca con la maternidad. Lo peor que puede pasar es que la mujer comience a recibir críticas constantes de su entorno próximo durante este período, porque es un período de autodescubrimiento y aprendizaje.
El puerperio ya es un período de múltiples cambios físicos, emocionales, hormonales, contextuales (trabajo, economía, vinculo amoroso), es un período de transformación, algo de la mujer del “antes” se queda atrás, para recibir a la nueva mujer que viene: una mujer que ahora es madre. Es por esto, que la salud mental de la madre debemos tomarla muy en serio.
Si por el contrario, existe apoyo y una red familiar que sostiene y participa con la madre, el puerperio puede ser una oportunidad de autoconocimiento y de crecimiento, donde la salud mental tanto de la madre como del bebé estarán mejor cuidadas. Desde el primer momento, el bebé y la madre necesitan conocerse, pasar tiempo juntos y amarse.
No es suficiente que la madre y la familia reciban información sobre procesos biológicos e indicaciones médicas, también es importante recibir información respecto a la esfera psicológica y relacional. Una mujer que se convierte en madre necesita pensar qué madre quiere ser, conocerse en su estilo y en su entrega frente a la maternidad.
Cuando el sistema social y familiar que rodea a la madre en puerperio no comprende la compleja vulnerabilidad de este período, (más aún si la madre está viviendo situaciones difíciles en su vida), damos permiso para que la salud mental de la madre y del bebé corra peligro, y eso puede traer consecuencias en la vida de la madre y en la vida del niño/a.
Quizás sea por estas situaciones que se repiten, que en el imaginario de las mujeres está esa idea en el lenguaje, la idea de envolver la maternidad en sufrimiento, en lugar de un invitación a descubrirse a sí mismas y a descubrir a su bebé.
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Si estás embarazada o eres madre, y te ha pasado algunas de las siguientes: dudas que tu salud mental en este período este en riesgo , has vivido un embarazo o parto complicado, si te sientes desconectada de tus emociones o de tu bebé, si tu ánimo te impide disfrutar de este período, si tienes antecedentes de salud mental, ansiedad, depresión o trastorno obsesivo compulsivo y buscas un equilibrio emocional, si has tenido dificultades con la lactancia o en la crianza, o conflictos con otras personas que interfieran en tu disfrute de este momento, entonces pide ayuda profesional.
Para terminar, recordemos la frase más famosa del pediatra Donald Winnicott: “No existe la madre perfecta, sino la madre suficientemente buena”. Ni la culpa ni la crítica, aportan a este vínculo amoroso ni al bebé que nace.
Ps. Valeria Salas
